Jacquelyn MacLennan es socia de White & Case, con sede en Bruselas, Bélgica. Sus esfuerzos profesionales se centran en el derecho de competencia, derecho comercial y derechos humanos de la Unión Europea (UE). También, posee experiencia sustancial en litigios ante los tribunales de la UE. Trabajó con la organización no gubernamental rumana ACCEPT en el asunto C-673/16 Coman y otros que logró el reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo en toda la UE. Recibió el Premio “Innovación en el estado de derecho y acceso a la justicia” del Financial Times en 2018. Jacqui creó el Grupo para Empresas y Derechos Humanos del White & Case y asesora a empresas en el cambiante panorama legal y de litigios ambientales, sociales y de gobierno (ESG, por sus siglas en inglés), así como en el cumplimiento de la cadena de suministro y sobre asuntos de trabajo esclavo, trabajo y tráfico infantil. Ha hablado ampliamente sobre la responsabilidad de las empresas de respetar los derechos humanos, incluso en el Foro Económico Mundial en Davos.
Jacqui dirige la práctica global pro bono del White & Case y participa activamente en el Centro Africano de Derecho y Ética, donde enseña negocios y derechos humanos a estudiantes de derecho y jóvenes abogados. Es miembro honorario del Instituto Europa de la Universidad de Edimburgo. El Financial Times la ha nombrado una de las diez mejores abogadas innovadoras en Europa y dos veces fue reconocida como “Mejor en competencia y antimonopolio” por los premios Euromoney Women in Business. Ha sido una defensora visible de la igualdad para las mujeres en la profesión a lo largo de su carrera y está incluida en el proyecto de video “First 100 Years UK”, que traza al camino de las mujeres en la ley desde 1919.
Jacqui siempre ha estado interesada en el uso de la ley para justificar y perpetrar atrocidades, y los medios para resistir y prevenir estas acciones. Ella dijo:
El catalizador fue mi experiencia: después de un año de la Facultad de Derecho de la Universidad de Edimburgo, además de trabajar en un kibutz en Israel y pasar un período con la comunidad palestina en Jerusalén. Cociné con y para los sobrevivientes del Holocausto en el kibutz, pero no fue hasta después que visitar Yad Vashem (el Centro de Recuerdos del Holocausto Mundial) que me di cuenta de la complejidad de lo que ocurrió.
Desde entonces, he pasado tiempo enseñando en Bosnia y Ruanda, así como considerando el papel de la ley y el orden legal en la reconciliación. Todos somos parte de los genocidios que continúan en el mundo, ya que Internet y los medios de comunicación los traen literalmente a nuestras manos. AIPG es una organización que realiza un trabajo notable y esencial para realizar cambios.