Profiles in Prevention

Debbie Stothard

3. Debbie Stothard

Debbie Stothard es promotora activa de derechos humanos en Birmania y la región ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático). Durante su carrera de 32 años, ha trabajado como periodista, consultora en educación de comunidad, asesora gubernamental, y entrenadora en Malasia, Australia, y Tailandia. En 1996, fundó La Red Alternativa ASEAN en Birmania (ALTSEAN-Birmania) y fue elegida Secretaria-General de la Federación Internacional para Derechos Humanos (FIDH) en 2013. La Sra. Stothard se ha desempeñado como instructora en varios Seminarios Raphael Lemkin Globales.

¿Cuál cree que son las acciones y políticas más eficaces a largo plazo en la prevención de atrocidades masivas?

Abandonar políticas de no interferencia y soberanía. Muchos estados han utilizado políticas como excusas para no controlar situaciones o no intervenir diplomáticamente durante las primeras fases de vulnerabilidad. En la región ASEAN, algunos estados siguen utilizando al principio de no interferencia hasta el punto de la irresponsabilidad. La soberanía es un principio importante en asuntos internacionales. Es uno de los principios a los que se suele hacer referencia. Pero algunos estados, más que otros, tienen mejor entendimiento respecto de que, en cuanto a atrocidades masivas, no se puede utilizar el principio de soberanía y no interferencia como excusa para no actuar. Cuando se habla de acción, se habla de acción preventiva, no intervención militar.

Estos casos no son eventos que han ocurrido en un día. Por ejemplo, hemos sido conscientes, desde el inicio, de la situación en el Estado Arakan/Rakhine de Birmania, por estar involucrados en el movimiento de Birmania de 1988. Hablábamos de esto. Intentábamos reconocerlo en nuestra manera de hacer activismo, intentando ser más inclusivos. Finalmente, no resultó una pregunta acerca de si pasa, sino que se hizo la pregunta de cuándo pasó.

Pienso que muchas de estas situaciones no ocurren de la noche a la mañana . Muchos gobiernos y mucha gente son conscientes que hay vulnerabilidades en estas situaciones. Es indignante que muchos estados no tengan un gran sentido de urgencia cuando surgen estos casos. A veces es por intereses económicos – acceso a recursos naturales, a veces es por razones políticas – porque el régimen en cuestión es aliado estratégico. A veces es debido a ser un poco demasiado complaciente.

En ASEAN, los estados necesitan estar dispuestos a actualizar y enmendar el principio de no interferencia. En cuanto a negocios y participación económica, hay mucha interferencia selectiva.

¿Qué lecciones podría tomar el mundo sobre prevención de los esfuerzos en ASEAN/Birmania?

Estamos viviendo en un mundo en que se alaba a un médico por salvarle la vida a un paciente pero no al trabajador de salud pública que previene la enfermedad. Pienso que en el caso de atrocidades masivas, la gente, a menudo, presta más atención a los que tienen la capacidad de salvar vidas durante las atrocidades, que a los que han podido prevenir o mitigarlas desde el comienzo. Pienso que necesitamos reconocer, y hacer más para apoyar el trabajo de las personas en materia de prevención.

Incluso, si consideramos que las consecuencias a largo plazo que provocan las atrocidades masivas en la economía y seguridad son graves y muy abarcativas, entendemos que ello también debería ser tenido en cuenta por la comunidad internacional para evitar su ocurrencia. Pienso que tenemos que reconocer esto y tomar este asunto con más urgencia. Necesitamos hacer un análisis más profundo y estratégico sobre esto. No podemos simplemente participar por el hecho de participar. Tiene que ser una participación con vista a resultados.

En cuanto a la prevención de atrocidades masivas y crímenes atroces , no podemos olvidar que la comunidad está en peligro. Tiene que ser la prioridad . La comunidad que está en peligro no es la única comunidad que se convierte en blanco en la atrocidad, sino también la comunidad perpetradora. Ellos también están en peligro. Están en peligro de condenar a los inocentes en su comunidad como perpetradores. Esto crea una carga inmensa. Cuando alguien provoca o participa en una atrocidad, él o ella no solo están condenando a las víctimas y sobrevivientes a un dolor y sufrimiento inmenso, sino también están condenando a sus propios hijos, a su propia familia, que serán vistos como parte de la comunidad perpetradora.

Lo que me parece interesante, en este momento, es que la gente está comenzando a comprender que la retórica nacionalista y racista así como las expresiones de odio tienen que ser confrontado, ya que ellos son el punto de partida. Siembran las semillas de potenciales serias violaciones de derechos humanos.

¿Cuáles son las razones que le han llevado a trabajar en el campo de la prevención del genocidio y atrocidades masivas?

En los últimos años de la década de los 80, estuve en un grupo de activistas estudiantiles de diferentes países trabajando juntos en los campus universitarios en Sídney, Australia. Cuando ocurría algún incidente o confrontación en un país de la región, buscábamos inmediatamente estudiantes de aquel país para crear una respuesta rápida, si era una manifestación, reunión pública, o intervención en los medios de comunicación. Aprovechábamos la oportunidad para aprender más acerca de aquella situación y alentar a que los estudiantes se organizaran y llamarnos cuando nos necesitaban. Éramos algo como “respuesta SWAT de activistas” – para entrar y plantear estas cuestiones a lo largo de nuestros campus y en público.

Eventualmente, algunos de nosotros nos hicimos especialistas en situaciones específicas de países porque nos convertimos en el punto intermediario para, y pasábamos tanto tiempo con, una causa. Así fue como me involucré . Me hice la especialista de Birmania.

¿Quién o qué la inspira o motiva?

Nuestro especialista de Timor Oriental fue Kamal Bamadhaj. Kamal se fue a Timor Oriental en anticipación de una misión portuguesa de paz, la que se canceló cuando José Ramos Horta (que más tarde se hizo laureado del Premio Nobel y Presidente de Timor Oriental) fue designado a unirse a la delegación. Indonesia, que tenía ocupado Timor Oriental en aquel momento, se negó a aceptarlo, y la misión se canceló.

Kamal, que no tenía ni siquiera 21 años de edad, se quedó por algunos días más, a pesar de la cancelación de la misión de paz, y como resultado, estuvo en Timor Oriental durante la Masacre Dili. Un soldado indonesio que trataba agarrar su cámara mientras Kamal documentaba el ataque contra civiles timorenses, le disparó y lo mató. Muchos de nosotros, en el momento, éramos muy jóvenes todavía. Habíamos hecho mucho trabajo de solidaridad con causas en que las que jóvenes habían asesinados , pero no creo que alguno de nosotros hubiese pensado o imaginado que uno de nuestras colegas sería víctima de una atrocidad masiva o violación de derechos humanos. Creo que nos afectó muy, muy profundamente y nos hizo entender que trabajar en derechos humanos no sería una fase juvenil en nuestras vidas. Para muchos de nosotros, se convirtió en un compromiso de vida.

Cuando se tiene la edad de adolescencia o empezando los 20 años, , tener que escribir el obituario de tu amigo como comunicado de prensa y tener que leerlo por la radio, es una experiencia decisiva. Y después tener que hacerlo en todo los medios, hablar por la televisión, hablar no solo sobre tu amigo que ha sido asesinado, sino también sobre todas las otras personas, Timorenses Orientales que habían asesinados en la masacre.

Así, muchos de nosotros, los que fuimos parte de este grupo en 1991, seguimos trabajando en derechos humanos en nuestras capacidades varias. Fue un punto decisivo importante para todos nosotros.

¿Qué es lo que le hace sentir más orgullosa de su trabajo?

El trabajo que estamos haciendo en Birmania ha sido principalmente con minorías religiosas y étnicas. Hemos descubierto la importancia de trabajar con mujeres en los ámbitos de los derechos humanos, democracia y justicia social para fortalecer la entidad y liderazgo de mujeres, especialmente en cuanto a la construcción de paz y prevención de conflictos.

Una de las cosas que ha sido inmensamente satisfactoria y gratificante es el trabajo que hemos hecho con estas mujeres, específicamente con mujeres jóvenes de Birmania de diferentes orígenes étnicos. Cuando trabajamos con comunidades vulnerables, solemos enfocarnos en las mujeres y los jóvenes. Durante mis 20 años de trabajo ha sido asombroso ver que las mujeres son las que, durante este tiempo de vulnerabilidad en Birmania, han sido las defensoras más activas y eficaces para la paz.

Cuando hablamos de trabajo en prevención de atrocidades, una parte significativa del trabajo es la transformación social y el empoderamiento de las mujeres, particularmente las de las comunidades vulnerables. Cuando damos talleres y organizamos eventos de formación, insistimos bastante en la necesidad de que el 50% de los participantes deben ser mujeres. En estos talleres que realizamos en Birmania y otros lugares, el índice de participación femenina permanece cerca del 60%.

Esto ha sido estupendo, aunque nunca es bastante. Para todo lo que estamos haciendo, hay fuerzas irresponsables que están intentando utilizar expresiones de odio y ultra-nacionalismo como herramienta para ganar control y popularidad política, para ganar votos y legitimidad. Si está en Birmania, en los EEUU, o en Siria, esto todavía está ocurriendo.

¿Hay algo más que le gustaría compartir sobre el trabajo de prevención?

Pienso que lo que es realmente importante, a pesar de la gravedad y el peligro de estas situaciones, es que todavía necesitamos mantener un enfoque muy positivo y alentador. Lo que he visto es que, los que encargados de tomar las decisiones incluso en los países más poderosos, a veces se debilitan a sí mismos. A veces piensan que la situación es demasiado abrumadora o deprimente para arreglarla.

La mayoría de diplomáticos y tomadores de decisiones con los que hablo, especialmente después de que una atrocidad ha ocurrido, empiezan a reconocer que esto es serio. Pero considero que la urgencia de acción y la urgencia de prevención están abrumadas por un sentimiento de “Esto es demasiado grande. Es demasiado tarde.” Aqui es donde tenemos que inspirar e impulsar a tomadores de decisiones para que entiendan que todos tenemos el poder para mitigar esto y prevenir que ocurra otra vez.

Pienso que, como trabajadores en la prevención de conflicto, tenemos que encontrar recursos internos para ser asertivos y alentadores. Las Soluciones son posibles en cada paso de la situación, pero son a menudo más económicamente eficientes y más viables al nivel de prevención. Necesitamos tener el espíritu y la valentía para comprometernos más a la prevención.

Trabajar en casos de atrocidad masiva es muy deprimente y puede destruir el alma. Tiene el potencial de ponernos a nosotros mismos en peligro, ya que la gente puede sufrir un trauma secundario . Necesitamos tener herramientas para protegernos de este trauma con el fin de prevenir futuros traumas a otros. Creo que esto es muy importante. De igual importancia es la comprensión que no vivo en esta situación de vulnerabilidad – mis estudiantes y colegas la viven, cada día. Esto es buena motivación para encontrar los recursos internos para seguir adelante.