Profiles in Prevention

Shara Duncan

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Shara Duncan se desempeña como Ministra Consejera a cargo de cuestiones del derecho internacional, el Estado de Derecho y la prevención del genocidio en la Misión Permanente de Costa Rica ante las Naciones Unidas en Nueva York. Anteriormente, trabajó como asesora de la Oficina del Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica sobre asuntos de litigio internacional. La Sra. Duncan es abogada y obtuvo una maestría en Derechos Humanos y Educación para la Paz de la Universidad Nacional de Costa Rica. Se graduó del Curso de Verano sobres Derecho Internacional Público de la Academia de La Haya de Derecho Internacional, así como del XXIV Curso Interdisciplinario de Derechos Humanos en el Instituto Interamericano de Derechos Humanos en San José. Se unió al Servicio Diplomático en 2006 y ha servido en la sede diplomática de su país como coordinadora de programas con América del Sur en el departamento de ayuda internacional para el desarrollo y como coordinadora del área de derechos humanos y seguridad humana.

¿Cuáles son las razones que le han llevado a trabajar en el campo de la prevención del genocidio y atrocidades masivas?

Creo que un poco de inclinación personal y mucho de suerte son los elementos que me han llevado a trabajar en esta área. Los derechos humanos siempre han sido una pasión para mí, creo que por mi propia vivencia como minoría en mi país y por el ejemplo y educación recibida en casa. Desde pequeña crecí en un ambiente en el que se promovía la discusión crítica de los temas de actualidad. Mi padre es un intelectual y activista, que ha dedicado toda su vida al trabajo por el reconocimiento de los derechos humanos de las personas afro en Costa Rica y junto con mi madre promovieron siempre en nosotros la inquietud por cambiar nuestro entorno.

Decidí estudiar Derecho con el interés primordial de dedicar mi ejercicio profesional a trabajar con la sociedad civil, en la defensa de sus derechos. Así es como una vez egresada de mi carrera como abogada, estudié una Maestría en Derechos Humanos y Educación para la Paz, que le dio contenido y dimensión académica a las inquietudes personales que tenía en esa área. He tenido la gran suerte de que, en mi desempeño como funcionaria pública, específicamente como diplomática de carrera, he podido estar en posiciones que han requerido la defensa de los derechos de los habitantes y que además, me han dado la posibilidad de participar a nivel nacional e internacional en una serie de foros, cursos y entrenamientos que han ampliado mi conocimiento en el área y me han ampliado el espectro de oportunidades y visiones sobre las diversas formas de trabajar para promover un ambiente en el que todos y todas podamos vivir vidas plenas y en el que nos podamos desarrollar según nuestras capacidades y deseos.

¿Cuál cree que son las acciones y políticas más eficaces a largo plazo en la prevención de atrocidades masivas?

Tengo certeza de que lo más eficaz para prevenir las atrocidades masivas, es la prevención temprana por medio de la educación con enfoque de derechos humanos. Además, hay que atacar los problemas estructurales que crean exclusión, por ese motivo, soy del criterio de que, en el escenario mundial actual, la mejor herramienta para lograrlo es por medio de la implementación de la agenda 2030 y sus metas. Adicionalmente, debemos estar alertas ante el crecimiento a nivel mundial del discurso del odio y el populismo que buscan desproteger, excluir y marginar a ciertos colectivos humanos, sean estos de migrantes, personas LGBTI o minorías étnicas o religiosas y cuyas posiciones adquirieron un altavoz con el uso casi universal de las redes sociales y los nuevos esquemas de comunicación.

Para que una democracia sea sostenible, los Estados deben procurar la participación de la ciudadanía, el imperio de la ley y el Estado de Derecho, y proveer a sus ciudadanos posibilidades de tener acceso en igualdad de condiciones a los mercados laborales y los recursos económicos, en ese sentido, soy fiel creyente de que la educación de calidad y con enfoque de derechos humanos, es el camino por excelencia para alcanzar esos objetivos en un ambiente donde quepamos todos.

¿Qué consejo le daría a un nuevo oficial del gobierno que viene entrando al campo de la prevención del genocidio?

Aceptar la realidad de que ninguna sociedad está exenta de atrocidades masivas y que es necesario hacer esfuerzos serios por tener sociedades más plurales, inclusivas, participativas y con mejor educación, y que todos jugamos un papel primordial en alcanzar mejores sociedades que hay que ser crítico con nuestra realidad nacional y regional. Adicionalmente, que muchos países en el mundo tienen algo que enseñarnos en materia de prevención, de justicia transicional, de preservación de la memoria y/o demás temas atingentes y que deberíamos tener interés por buscar información sobre lo que se hace en esta materia en otras latitudes. Por último, que constituye un imperativo aprender a leer los procesos sociales y reconocer nuestras propias falencias en el espejo de otras realidades, por más lejanas que nos parezcan.

¿Qué es lo que le hace sentir más orgullosa de su trabajo con la Red Latinoamericana para la Prevención del Genocidio y Atrocidades Masivas?

Participar de los esfuerzos colectivos de América Latina por capacitar a sus funcionarios en la materia de la Prevención y luego de varios años ver que existe una Red, funcional, que permite el intercambio de información entre los diferentes Estados que participan. Ese conocimiento, se ha traducido en mi caso, en la posibilidad de incidir para que el discurso de la prevención se convierta en una realidad, mediante resultados tangibles como lo son la construcción de política pública, que se han llevado a cabo y en los que he estado involucrada como parte de mis funciones.  Además, poder representar a mi país en los diversos foros, con mucha mejor comprensión de esta materia, gracias a la información y las experiencias educativas adquiridas como parte de la Red y que constituyen elementos fundamentales del trabajo que desempeño.

¿Quién o qué le inspira o motiva en su trabajo?

A riesgo de que pueda parecer lugar común, en lo personal me inspira pensar en que el trabajo de la prevención y en general en el área de los Derechos Humanos, se traduce en mejoras en la calidad de vida de millones de niños y niñas en el mundo. Y que las generaciones futuras, a lo mejor, no tendrán que sufrir las injusticias y los vejámenes de las guerras y el odio.

¿Cual fue el elemento más importante de su visita a Auschwitz-Birkenau y su experiencia en el seminario Raphael Lemkin?

La visita a los campos de concentración Auschwitz-Birkenau, constituye un punto de inflexión en mi vida. La confrontación con la muerte de millones de personas me ayudo a conocer de manera más profunda el proceso de deshumanización de los “otros”, mediante el lenguaje del odio y de los mensajes populistas, así como comprender que, dadas las condiciones económicas y sociales adecuadas, o más bien dicho inadecuadas, esos mensajes constituyen una chispa en un barril de pólvora, que pueden llevar a una sociedad a casi destruirse por completo.

Adicionalmente, creo que puedo ver de manera aún más clara, la necesidad absoluta de luchar por la erradicación de los mensajes de intolerancia e irrespeto a las diferencias y me convencieron, aún más, del papel primordial que cumple el mantener viva la memoria y no permitir que los pueblos olviden sus pasados violentos, como mecanismo para la no repetición de atrocidades masivas en aquellas sociedades donde se han dado. El Seminario Lemkin, es de los cursos más valiosos que he recibido en mi vida.